Debre Damo es un monasterio situado en la cima de una montaña plana en el norte de Etiopía, en la región de Tigray, frontera con Eritrea. No es un monasterio cualquiera. El Monasterio de Debre Damo fue fundado por Abune Aregawi, uno de los nueve monjes procedentes de Siria y Egipto (Nuevos Santos) que desde este último país llegaron a Etiopía en el siglo VI antes de Cristo. A ellos se les atribuye la evangelización del pueblo y la introducción de la vida monástica.
El conjunto monástico está formado por numerosas construcciones de una sola planta que acogen las dependencias donde habitan un centenar de monjes, estudiantes y devotos. Destaca la pequeña iglesia principal y a su lado, un edificio de dos plantas, de planta rectangular y tejado de latón color burdeos. Las fachadas son de mampostería, de una variedad de piedras de colores ocres, marrones, amarillentas, pizarra y arcilla.
En el interior el artesonado que se puede contemplar es una maravilla, decorado con figuras de madera. La iglesia es pequeña, tiene tres naves sostenidas por media docena de columnas.
El conjunto monástico cuenta con otra pequeña iglesia y numerosas cuevas excavadas en la roca donde viven monjes ermitaños.
El monasterio alberga gran cantidad de manuscritos antiguos que se mantienen intactos en la actualidad.
Se ha convertido en un destacado centro monástico y educativo para la Iglesia ortodoxa etíope. Muchos libros se han escrito allí y distribuido al resto de iglesias de toda Etiopía.Pero quizás lo más sorprendente para el visitante sea la accesibilidad al conjunto monástico. Tan solo puede accederse a él trepando por la cuerda, que en realidad son tiras de buey trenzadas, que uno de los monjes lanza desde lo alto. Una vez atada la cuerda alrededor de la cintura, el devoto es izado. Mujeres e incluso las hembras de cualquier especie animal tienen prohibida la entrada al conjunto monástico, debiendo permanecer en la parte baja del acantilado y orar desde allí. La fiesta de San (Abune) Aregawi se celebra el 14 de octubre calendario etíope (24 de octubre del calendario gregoriano), que culmina en una peregrinación a Debre Damo.